Autora: Lourdes Hernández
Paco Montoya, autor del libro Tres pesadillas financieras, indica que cuando estamos con problemas financieros no trabajamos bien, no queremos salir a ver gente, nos sentimos perdidos. Nos negamos a enfrentar y decir: la fregué y me metí en problemas.
Cuando comenzamos a ganar dinero estamos en una encrucijada: lo manejamos bien o lo perdemos.
Lo primero que tenemos que hacer es proteger nuestro dinero. Muchos dirán, lo invierto. Pero la tentación de ponerlo en inversiones riesgosas es muy grande, en fondos no regulados, en el negocio inmobiliario burbuja y otros.
Comienza la primera pesadilla. Perderlo todo por la ambición y el descuido.
La segunda pesadilla es confiar en ese dinero que tengo y acceder a productos financieros como las tarjetas de crédito, de manera irresponsable y desenfrenada. Es más fácil perder el dinero que ganarlo. La sensación de pagar a crédito pensando en el respaldo de mi dinero, nos puede llevar a quedar endeudados.
Una tercera pesadilla es querer más dinero. En pandemia surgieron muchas opciones de hacer dinero rápido, de viajes, de apps y plataformas que son estilos de pirámides.
Hay plataformas que te prestan dinero rápido. Lo malo de estas formas de ganar dinero o pedirlo prestado, es que te cobran intereses altos y además toman todos tus contactos y les dicen que tú participaste con éxito en dicha marca o empresa.
¿Es malo iniciar un negocio financiero? No. Pero es importante que sean entidades y plataformas reguladas por los entes de control.
Créditos express, el gota a gota, los agiotistas, son formas de extorsión. Si ya caíste, reporta a la Superintendencia de Bancos.
¿Cómo evitar las pesadillas financieras? Registra todos tus gastos y elimina o pospón unos cuantos. No te dejes tentar por nadie y mantén el orden.
Mi papá tenía un servicio de internet muy malo. Se decepcionaba cada vez que trataba de navegar. Lo cierto es que canceló el servicio y se llevaron el aparato. Meses más tarde, él revisó su estado de cuenta y seguían los débitos del internet.
Si revisaba cada mes su estado de cuenta, hubiera detectado el cobro mucho antes.
Tapa todas las fugas de dinero y no caigas en la tentación.
Fuente: Paco Montoya